jueves, 27 de agosto de 2009

¡VARO! ¡devuélveme mis legiones!

2000 años del desastre del bosque de Teutoburgo.


Año 9 dC. Septiembre. La Varusschlacht, la Clades Variana, el desastre de Varo, o la "Hermannschlacht", como también la llaman en Alemania, enfatizando el personaje mitificado de Arminio.
Estamos ante una de esas efemérides que no pueden olvidarse. 2000 años son una cifra demasiado redonda y la batalla tiene todos los alicientes para ser recordada y estudiada.
Tres legiones perdidas, un senador suicidado, la frontera del Rhin en peligro, pánico en Roma...
La revista Ancient Warfare le dedica un número monográfico especial cuya portada muestro aquí abajo.




Yo tenía de la batalla una idea bastante general basada en el capítulo que Fuller le dedica en su Batallas decisivas de mundo occidental y poco más, además de recordar al Augusto de la serie Yo,Claudio, representar la escena narrada por Tácito en sus Anales del imperio romano.
Cuando supe de la aparición del número especial de AW decidí adquirirlo de inmediato y además escudriñé en la biblioteca en busca de más información y evidentemente también en la red, aunque aquí las páginas más interesantes están en alemán.
La revista toca los puntos más importantes para poder ubicar en la historia semejante acontecimiento.
Se analizan las principales fuentes clásicas: Tácito, Casio Dio, Veleio Paterculo, Anio Floro, lo que nos cuenta cada uno y porqué sus juicios están en muchos casos segados y son parciales.

Los antecedentes se narran en un capítulo dedicado a la Bella Germaniae. El desarrollo de la situación de la frontera del Rhin desde que César la estableció con el fin de acotar su zona de operaciones en la Galia. Y los pormenores de la guerra en Germania dirigida Druso y Tiberio en el momento desde que Augusto decide acabar con el problema en la frontera por la vía de anexionar una nueva provincia, Magna Germania, entre el Rhin y el Elba.

Y eso era lo que hacía Varo en Germania en el año 9, organizar una nueva provincia.

AW tiene un marcado acento arqueológico, así pues los capítulos dedicados a la guerra en germania, así como los sendos dedicados a los ejércitos enfrentados y el de la propia batalla están apoyados por artículos paralelos, especialmente dedicados a los hallazgos arqueológicos que sustentan las tesis de los historiadores.

La narración de la batalla o emboscada o matanza, propiamente dicha cuenta con las últimas novedades y teorías basadas en las excavaciones realizadas en Kalkriese. Desde siempre, la ubicación exacta del campo de batalla fue motivo de polémica entre historiadores. Incluso aún hoy no están todos de acuerdo, pero Kalkriese parece ser el lugar definitivo.




Entre los miles de restos y evidencias arqueológicas que muestran un feroz campo de masacre, están los restos de la empalizada preparada por los germanos para atrapar a las legiones en un estrecho paso entre la colina de Kalkriese y una amplia marisma. El Saltus Teutoburgiensis, correctamente traducido no sería bosque, sino estrecho.



En todo caso, fue una emboscada perfectamente planificada y ejecutada.

Las consecuencias fueron graves y trascendentales, la frontera del Rhin quedaría permanentemente establecida y la campaña de Garmánico entre el 14 y el 16, no fue más que una sangrienta expedición de venganza que costó innumerables vidas. Las tres legiones perdidas nunca fueron reconstituidas. Las ventajas que Augusto había calculado para la nueva frontera en el Elba se perdieron y como consecuencia Marco Aurelio tuvo que seguir luchando con las tribus germanas 150 años después en incesantes campañas.
Fuller se atreve a decir que sin el desastre de Varo, el problema franco-alemán probablemente no habría existido jamás. Con las fronteras de la romanización 300 o 400 km más al este indudablemente la historia de Europa occidental habría sido muy distinta.

Este enlace es de lo mejor que he encontrado en la red, os lo recomiendo.

viernes, 21 de agosto de 2009

EL ORCO

Licencia veraniega.

Ya que estamos en medio de agosto y parece que todo está dormido, a la sombra o huyendo de este calor abrasador, me permito la licencia de presentaros a este bichito.

Es el único orco que he pintado y probablemente será el último, pero reconozco que me divertí mucho al hacerlo.

Como veréis, las placas de su armadura, oxidadas, manchadas y chirriantes fueron uno de mis entretenimientos principales.
Evidentemente no es un 15mm, esta miniatura debe medir 5 o 6 cm y afortunadamente se trata de una miniatura en metal y fue la mini "exclusiva" de un evento GW de hace algunos años.












lunes, 10 de agosto de 2009

LAS TABLILLAS MALDITAS

1ª LIGA DBMM
25-07-2009 Neo Babylonian (I/44) - Alexandrian Imperial (II/15)


Una vez más una batalla durísima, con un gran rival. Aunque para mi desgracia olvidé mi cámara de fotos y no puedo mostrar imágenes. Un error imperdonable.

Por ello pedí Juanjo, mi rival, que me enviase algunas imágenes de su maravilloso ejército Neobabilonio, pintado por los hábiles pinceles de Ignasi.

Tras la batalla también le pedí que me hiciese llegar sus impresiones, así que este será un informe de batalla un poco diferente, donde combinaré las anotaciones de campo del general neobabilonio con las mías.
Por supuesto, los comentarios del blog quedan abiertos para que cada cual pueda decir su última palabra.

Inserto este croquis (imperfecto) de la batalla para que al menos podáis hacerlos una idea del esquema básico del choque y de los movimientos principales.



-Pese a que mis Neo Babilonios tienen Agresividad 1, no ha sido hasta el quinto enfrentamiento de la liga en el que me ha tocado jugar como invadido. Por mi estilo de juego, esta situación estratégica me ha beneficiado, ya que he podido elegir un terreno de juego adecuado a un orden de batalla de unos escasos 316AP. El terreno final se componía de una llanura central bordeada por un amplio río y flanqueada a ambos lados por marismas en la zona de despliegue enemiga. Además, en la colina ubicada en medio del territorio enemigo, emplacé un pequeño reducto en el que una única unidad de Bx(X) incordió a Carlos durante todo el enfrentamiento.


* Incordiar es poco, me desquició. Nunca había sufrido semejante problema, así que desplegué como se me ocurrió pues prácticamente no tenía espacio físico. Después con más tiempo me he dado cuenta de que podía haber hecho otras cosas pero serán lecciones para otra ocasión.

-En mi flanco derecho la batalla se presentaba clara. En él contaba con mi segundo mando en tropas e iniciativa, mientras que Carlos ocupaba esa zona y parte del centro del campo de batalla con su mando de infantería, muy numeroso pero con la mínima iniciativa. Yo tenía a favor que ya en el primer turno de juego aposté a mis tropas junto a mi orilla del río, una posición muy avanzada y a escasos 600p del bagaje de Carlos. En ese lugar del campo de batalla, pese a que Carlos contaba con una evidente superioridad numérica, la línea de batalla que se formó nos igualó en cuanto a potencia de fuego y, además, yo superaba su flanco doblándole en psilois. El resultado de mi avance fue que, o bien Carlos maniobraba lentamente para intentar igualar mi ventaja, o bien se limitaba a esperar en su orilla del río con la esperanza de que yo no vadeara el río y rodeara su flanco.


* Efectivamente, mi mando de Bw(X), reforzado con Ps y LH tenía la asignación de PIP más baja, pero no podía ser de otra forma si quería hacer algo con los otros dos mandos de Elefantes y Caballeros. Por otra parte la diosa Fortuna no me iba a acompañar ni tan sólo con los dados de Pip, así que el mando de infantería sufrió casi toda la batalla de una grave falta de capacidad maniobra.

-En la llanura central la batalla se presentaba muy difícil. Allá quedaron desplegados dos mandos de Carlos con sus mejores tropas y gran iniciativa: Kn(F), Ax(S) y, sobretodo, El(O). Yo contaba con mi mejor mando, el que debía ganar la batalla, que estaba compuesto por mis carros y caballería. Ahí tenía a más de la mitad de mi ejército en número y capacidad de combate. Además, situé en su retaguardia un pequeño mando con arqueros, cuya función sería dar apoyo de flanco y segunda línea a mi mando principal.


* Allí se decidiría la batalla sin duda y mi primer problema era salir del tremendo atasco que yo mismo provoqué con mi despliegue en una estrecha columna. Sin embargo conseguí salir a pesar de empezar a mover en segundo lugar, ya que los babilonios acabaron desplegando un poco lejos de mi salida a campo abierto.

-Debido a la ventaja táctica que yo tenía en el flanco derecho y al temor de que los elefantes de Carlos terminaran por decidir el enfrentamiento en la llanura, rápidamente empecé a trasladar un pequeño destacamento de psilois y caballería desde el mando derecho hacia la llanura central, vadeando el río. Allá serían mucho más útiles que en su posición defensiva tras el río: estaba convencido de que Carlos jamás vadearía el río, al contrario que yo.

* Cierto, el río era una auténtica barrera en mi pensamiento y pude ver cómo en la lejanía los psilois se movían lentamente para apoyar sus carros, sabía que me darían problemas, por eso tenía prisa.

-El duelo entre Bw(X) en mi flanco derecho, con ambos bandos apostados en posiciones defensivas en sus respectivas orillas del río, fue devastador para Carlos. Mis arqueros aniquilaron a los defensores macedonios al mismo tiempo que mis psilois vadeaban el río y avanzaban a través de las marismas, en dirección al bagaje del ejército alejandrino. Carlos entró en cólera.

* Devastador. Me dio un golpe moral serio, porque perdí la confianza en mi suerte, no es normal perder en secuencia rápida dos bases Bw(X) en un duelo de arqueros. No sé si monté en cólera pero se me debió enturbiar la mirada.
El avance de los psilois en mi flanco izquierdo me preocupaba así que sacrifiqué al resto de mis escaramuzadores combatiéndole en la marisma, mientras intentaba mover lentamente reservas para cubrir los huecos en la línea principal y proteger el bagaje.

-En el flanco izquierdo, gracias a que mi mando de carros y caballería gozaba de la mayor iniciativa, pude maniobrar rápidamente hasta formar una media luna en la que poder atrapar a los dos mandos macedonios... si avanzaban. Pero Carlos, sabedor de la clara ventaja que tenían sus elefantes contra mis carros, avanzó decididamente con ellos, aunque no con la caballería e infantería. El resultado fue que durante unos cuantos turnos a los avances de los los elefantes de Carlos le seguían retiradas tácticas de mis carros. No estaba dispuesto a comprometer mis mejores tropas en un combate tan desigual... al menos aun no.

* El arco defensivo de los carros babilonios junto a su apoyo de caballería era aterrador, yo tenía que avanzar contra ellos pero temía meterme en una trampa donde quedar rápidamente envuelto. Pero no había otra, debía llegar a las manos con mis elefantes e intentar lograr una decisión pronto a las manos
Los elefantes se abrieron en abanico y avanzaron tentando al contraataque enemigo pero los carros babilonios iniciaron una hábil retirada.
De hecho la frase de la partida la dije en este momento, al seguir avanzando y derrochando pip en los elefantes viendo cómo los carros se largaban ante ellos:
“¡¡¡¡A ver si tienes los santos cojones de seguir retirándote!!!!”
Por otra parte, al consumir todas las órdenes con los elefantes, tardé demasiado en sacar de la marisma su complemento de Ax(S) que quedaron alejados en el extremo derecho de la línea. Hasta que no salieron para apoyar y cubrir el flanco de los Kn(F) no estuve en disposición de atacar con todo.

-En mi flanco derecho terminé por aniquilar los escasos psilois que Carlos envió para retrasar mi avance a través de las marismas. Pero mi avance se vio muy comprometido cuando finalmente Carlos retiró arqueros del margen del río para ubicarlos en posiciones defensivas cuyo alcance de tiro podría diezmar a mis psilois. A partir de ese momento mi ventaja en el flanco derecho se estancaba: sencillamente no contaba con suficientes tropas como para vadear el río con mi segundo mando y desatascar la situación.

* Pues eso. A partir de ahí pude usar hasta 5 unidades Bw(X) para avanzar con el pip del general y lo poco que me daba el dado, apoyados en la curva del río perseguí un general enemigo que llegó a estar a tipo de flecha y que se retiró a cubierto de sus arqueros. Seguía sin suerte, mis disparos eran inútiles y lo mejor que podía hacer cerrar el centro de mi línea que seguía abierto por la maldita intromisión de la BUAf en mi retaguardia.

-En la llanura central maniobré velozmente con mi tercer mando, cuyas escasas unidades defenderían el hueco entre mis carros y el enorme mando de infantería de Carlos. Un ataque decidido de Carlos los habría aniquilado, pero contaba con la ventaja de que su infantería apenas tenía iniciativa. Finalmente, viendo que mi flanqueo se había estancado en las marismas, Carlos comenzó a avanzar con sus arqueros hacia la posición precariamente defendida por mi tercer mando.

* Claro como el agua. Los pip de la infantería eran para cubrir la izquierda. Después pude avanzar como decía antes y cerrar mi línea.

-En la llanura, finalmente Carlos avanzó también con sus Kn(F) y sus Ax(S), no solamente con sus elefantes. Fue entonces cuando acepté el reto: comenzó el combate que decidiría la batalla. Debido a las continuas maniobras (ejem! dirás retiradas) con mis carros la media luna inicial que formé había quedado desdibujada y no contaba con posiciones claras para flanquear a sus dos mandos. Inicialmente el choque fue devastador para mis tropas, no hubo pérdidas por parte macedonia, pero dos de mis carros fueros destrozados inmediatamente por los terribles elefantes. Debí esforzarme para mantener la moral alta.

* Ojalá hubiera sido tan devastador. Los elefantes hicieron su trabajo, pero los Kn(F) aunque lograron victorias, en ningún caso causaron bajas enemigas y acabarían pagando su condición de Fast
Y es que cada vez tengo menos confianza en mis Kn(F) en cuña para las batallas de caballería, donde juntan: su debilidad como F, la incapacidad de matar Cv al simple y que habitualmente son inferiores en número. Su formación en cuña les sirve para clavarse en la línea enemiga y acabar flanqueados. Tienen punch, pero no son capaces de rematar la faena.
En este combate principal, los Ax(S) tracios cubrían mi flanco derecho y además envolvían el del enemigo que no movía su Cv por falta de Pip, si hubiesen triunfado habría sido clave en la batalla, pero tampoco la suerte acompañaría a mis auxiliares tracios.

-Los sucesivos combates en la llanura central fueron brutales. Ambos jugadores protegíamos hábilmente los flancos de nuestras tropas, pero el empuje de los carros y caballeros desbarataba los apoyos y terminaban en encerronas donde nuestras mejores tropas eran aniquiladas sin cuartel.

* Así cayeron sucesivamente tres carros babilonios a manos de mis elefantes, pero como decía no logré ninguna victoria con los Kn ni los Ax, por el contrario, perdí a dos de mis Kn(F).

-Al mismo tiempo, la infantería de Carlos avanzaba lentamente en dirección al flanco de mis carros. Lo único que impedía su avance era la escasa iniciativa y mi tercer mando. En esta zona del campo de batalla tuvo lugar un segundo duelo de arqueros: sus Bw(X) contra mis Bw(O). En este enfrentamiento fue Carlos el vencedor, pero sin llegar a obtener una ventaja clara que amenazara a mis carros. Para mí fue una victoria: mis carros no serían flanqueados por su infantería.

* Matar un triste Bw y provocar la retirada precipitada de su general fue todo el penoso producto de mi ventaja aquí.

-A medida que pasaban los turnos comencé a infligir las primeras bajas entre los caballeros de Carlos, que sufrieron la ira de mis carros. Por su parte, en el extremo izquierdo, mi caballería quedaba estancada defendiéndose desesperadamente de los auxiliares macedonios y los compañeros de Alejandro. Mi desventaja se hacía cada vez más evidente debido a los terribles elefantes, pero mis psilois ya habían llegado en su auxilio.

-Ambos ejércitos estábamos perdiendo a nuestras mejores tropas, de modo que la moral de los mandos comenzaron a bajar rápidamente. El temor a la derrota se dibujaba en los rostros de los dos jugadores, éramos sabedores que nuestra victoria dependía de un golpe de buena o mala suerte. Fue entonces cuando saqué mi tercera Tablilla, sobre ella recaían todas mis esperanzas.


* La maltita tablilla. Decidido a cazar y matar al tercer carro enemigo, lo había atacado con uno de mis elefantes a expensas de dejarlo demasiado expuesto a unos psilois que estaban cada vez más cerca. El carro cayó.


-Una vez llegaron a la llanura central, mis audaces psilois avanzaron decididamente hacia los elefantes de Carlos y no tardaron en cobrarse su primer trofeo. Quizás fue ese el momento clave, ya que milagrosamente el valor de esos soldados inspiró una serie de tiradas de dados que resultaron vitales para mí y desastrosas para Carlos. En dos turnos Alejandro pasó de estar a un paso de la victoria a ser derrotado. El mando de sus caballeros quedó roto, y el de sus elefantes desmotivado. La batalla había terminado y Babilonia rechazaba al invasor macedonio.

*La serie de tiradas desastrosas fue desesperante, pues en casi todas disponía de ventaja estadística, pero las mates fallaron y los hados no jugaron de mi lado.

Había perdido un elefante... no pasaba nada.

El mando de caballería estaba tocado... pero no hundido ni mucho menos.

Podía ganar la batalla, debía seguir atacando... y me lancé a fondo.

Uno de mis elefantes había fallado un ataque contra un carro y como a su vez estaba flanqueado era una ataque mortal de necesidad aunque yo partía con ventaja... fue un empate.

En mi último turno, desquiciado, lancé todo lo que tenía para lograr hacerle bajas al enemigo.
Mis dos generales montados participaron en sendos ataques... sin éxito. .
Mis auxiliares flanquearon la Cv enemiga con una clara ventaja 3 a 1... fallaron.
Otro de mis Kn atacó y no sólo falló sino que murió en el ataque... el maldito fast.
El elefante que había fallado su ataque anterior lo repitió, pero esta vez con apoyo de otro elefante que también flanqueaba al carro enemigo. ¡Era un abrazo mortal, con dos carros y dos elefantes atacándose y flanqueándose mutuamente! aunque con ventaja 4 a 2 a mi favor... Desastre total, otro elefante perdido. Ya iban 2.

El balance del turno era que mi mando de Kn se rompía y que al sumar dos ME provisionales al mando de elefantes lo desmotivaba también.

Fin de la batalla tras cinco horas agotadoras y con gotarrones de sudor cayendo por nuestras sienes.

Si hubiese ganado tan sólo dos de los últimos ataques habría alcanzado la victoria absoluta pues Juanjo me indicó después que su mando de carros reventaba y representaba más del 50% de su ejército.
Confieso que ni por un instante imaginé que el ejército babilonio fuese tan pequeño, ni que yo hubiese estado tan cerca de lograr la victoria. Tan sólo la intuía.

Pero mi ejército tampoco estaba destruido.

El cómputo de puntos tras una partida sin vencedor absoluto dio un 15 a 10 para los duros babilonios.

Aunque Juanjo jugó con tan solo 316 puntos no le sirvió para sumar los puntos extras de victoria.

Por una parte puede parecer injusto para el vencedor, aunque por contra, en una partida tan igualada y que se decidió de forma tan ajustada, un resultado de 55 a 10 tampoco habría sido justo para el derrotado. (Opino).

No puedo reprochar a Juanjo su hábil retirada ante los elefantes, hubiera sido un suicidio quedarse a luchar antes de poder apoyar sus carros, como tan bien hizo.
Al contrario, debo felicitarlo por su tremenda frialdad que, enmascarada tras una nube de humo y las tablillas, de indudable valor mágico, le permitió mover sus tropas con mano diestra y firme.

En cambio si me puedo arrepentir de no haber dedicado algunos pip menos a mis elefantes y haber actuado antes con los Ax que podían flanquear la Cv enemiga. Aunque estos cálculos siempre son fatuos, pues sin perseguir a los carros, Juanjo no habría consumido sus órdenes en retirarlos y por ello habría dispuesto de movilidad para reorganizar su flanco ante mis tracios… en fin... C'est la guerre





martes, 4 de agosto de 2009

TERESA DE COFRENTES año 1609

Como acabo de volver de vacaciones, esta primera entrada será un poco sentimental y dedicada al pueblo donde pasé los veranos de mi infancia y donde regreso ahora de vez en cuando.

En Teresa de Cofrentes nacieron mis padres y con el paso de los años he aprendido a apreciar mejor su entorno, sus gentes, su gastronomía y desde luego su historia.




Teresa se ubica en el hoy llamado Valle de Ayora-Cofrentes, tierra fronteriza por definición y que a lo largo de su historia las ha visto de todos los colores.
Existen abrigos y cuevas con pinturas rupestres que demuestran que la zona fue habitada desde el inicio de los tiempos del hombre y desde entonces ha visto pasar a íberos, romanos, visigodos, moros y un largo etcétera.

Los orígenes del (ahora inexistente) castillo de Teresa se encuentran en un antiguo fuerte romano.



Durante la Edad Media se vio al Cid pasar con su mesnada cuando trasladó su campamento desde Requena a Játiva. Y es que geográficamente, el valle es un paso natural desde la llanura de Almansa hacia Utiel, atravesando el macizo montañoso donde está la Muela de Cortes y el Pico Caroche (la cumbre más alta de la provincia de Valencia).

El terreno es típicamente cárstico, constituido por grandes masas de roca (las muelas), quebrado, abarrancado y cruzado por vallecillos y cañadas con numerosas fuentes y riachuelos.



Decía que el Valle era tierra de frontera, por ello perteneció a diversas taifas, fue objeto de correrías y algaradas y protegido por muchos pequeños castillos de origen árabe.

Tras su conquista en 1243 por Aragón, estuvo bajo dominio tanto de Castilla como de Aragón en función de diversos tratados, incluso repartida entre ambos reinos y en la Guerra de los dos Pedros, en el colmo de la división, Ayora estaba con los castellanos y el resto de pueblos con los aragoneses.

Tampoco era de extrañar tanta diferencia pues de hecho los pueblos del valle estuvieron separados largo tiempo en dos señoríos distintos y para más claridad, en Ayora estaba el núcleo de cristianos viejos, mientras que en Teresa, Jarafuel, Zarra, Jalance y Cofrentes se concentraban las aljamas moriscas y los cristianos nuevos. Tanto es así que incluso se afirma que toda la población del valle excepto la de Ayora era sarracena y que se seguía hablando árabe hasta la fecha de la expulsión en 1609.

La presión sobre los moriscos se inició ya en tiempos del Católico, promulgando órdenes de bautismo de cristianos nuevos, seguidas de prohibiciones de uso de nombres, usos y costumbres.
De hecho ya en 1563 los moriscos de Teresa, que constituían la aljama más grande del Valle, se sublevaron e intentaron asaltar el castillo de Ayora.

HACE 400 AÑOS
El decreto de expulsión de los moriscos del 9 de abril de 1609 sella el destino de casi toda la población del Valle. Todos, conversos o no, deben marchar por las buenas o por las malas.

Muchos salieron voluntariamente, pero en Teresa se produjo uno de los focos de la sublevación, casi forzada por el bandolero teresino Pablillo Ubecar.

Se sucedieron los pequeños choques, las inútiles peticiones de clemencia, la llegada de las tropas del tercio de Lombardía y la resistencia en la Muela de Cortes.

Durante tres meses, entre septiembre y noviembre de 1609 se luchó, se resistió y se masacró hasta la rendición final en la Muela.

Casi todos los pueblos del Valle quedaron despoblados y el destino de los que de una forma u otra acabaron en las costas de Argel fue aciago y triste, cuentan las crónicas que pocos años después se calculaba de dos tercios habían perecido y el camino de muchos fue la piratería con los corsarios berberiscos.


En los pueblos de Valle existen desde hace unos años unos murales de azulejo que recuerdan los hechos más destacables de aquellos días tristes.







La vida siguió, las tierras se repartieron a nuevos emigrantes de otras tierras aunque la suerte nunca le ha venido de cara a esta comarca.

Cien años después los campesinos vieron que habían elegido el bando equivocado en la guerra entre austracistas y borbones y tras la batalla de Almansa sufrieron las consecuencias.

Otros cien años pasaron para que los franceses en la retirada de 1812, saquearan la población.
Los carlistas en 1874 repiten la operación para que nadie pierda la costumbre. Y es que el siglo XIX, entre guerras, pestes y riadas no fue el mejor para Teresa.

Como el resto del mundo rural español estos pueblos quedaron deprimidos y empobrecidos, destinados a enviar jóvenes emigrantes a las grandes ciudades y al extranjero.

En mis recuerdos de infancia persisten el gran incendio de 1979 que arrasó por completo los montes del municipio y la riada de 1982 (aquella que se hizo famosa por la presa de Tous) y que dejó Teresa convertida en isla.
La renovación y modernización llegó (también es mala suerte) con la central nuclear de Cofrentes.
El año pasado, estaba una noche en la casita del monte, disfrutando de un cielo estrellado como pocos, pero al norte, el brillo amarillento de la iluminación de la central y las masas de vapor de las torres de refrigeración empañaban la estampa.

Y mi chaval va y me dice: "Mira papá, parece Mordor"

Pero, en todo caso, a mi me gusta volver cada vez más, disfrutar de la tranquilidad, la vida pausada, las charlas al fresco de la calle por la noche, los paisajes agrestes y casi salvajes todavía.

Ah! y de los gazpachos y las patatas fritas al montón!!





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Castillo de Chirel en la Muela, foco de la resistencia final de los moriscos del Valle.

Vista actual de Teresa de Cofrentes. En lo alto, las ruinas de la ermita erigida con los restos del antiguo castillo musulmán.