lunes, 30 de noviembre de 2009

BATALLA DE RAFIA (1)

El próximo fin de semana del 5 y 6 de Diciembre tendrán lugar las jornadas "Ayudar Jugando",

DBMM estárá presente con una mesa de demostraciones a cargo de David Cantó.

Y además el domingo día 6, un grupo de jugadores simularemos la gran batalla de Raphia.



El escenario ha sido diseñado por Toni y los jugaremos además del diseñador, Carlos D., Óscar, Ricardo y to mismo.
El espectáculo está asegurado, con más de 700 puntos por bando, 14 elefantes, enormes falanges de piqueros y masas de caballería pesada cabalgando por el desierto.

Además de la información general de Wikipedia que ya he enlazado y que resulta bastante completa, como aperitivo podemos hacer un breve repaso del desarrollo de la batalla que resulta muy interesante.
La batalla de Rafia es uno de los mayores enfrentamientos de la antigüead, con 150.000 hombres enfrentados en un campo de batalla estrecho, bordeado por la costa y por dunas y colinas hacia en interior, al sur de lo que hoy se llama la franja de Gaza.

De un lado el ejército seléucida al mando de su rey Antíoco III (más tarde autoproclamado "el grande", aunque no por esta batalla), 62.000 infantes, 6.000 de a caballo y 102 elefantes.

Del otro los egipcios ptolemaicos al mando de Ptolomeo IV, .70.000 infantes, 5.000 de a caballo y 73 elefantes.

Son ejércitos herederos del gran ejército macedonio que conquistó Asia para Alejandro. Se basan en la potencia de las falanges de picas, aunque han incorporado cada vez más elementos orientales, los elefantes y tropas ligeras y de proyectiles.

Ambos ejércitos desplegaron de forma simétrica, con las falanges de picas en el centro. Aunque las egipcias eran más numerosas, una parte considerable era de calidad dudosa o recientemente reclutada.
Ptolomeo se situó a su izquierda con su guardia real y Antíoco se situó en su frente.
Los elefantes se repartieron en las alas, dando cobertura a la caballería. En este aspecto, los seléucidas contaban con gran ventaja pues sus paquidermos indios eran indudablemente superiores a los egipcios en calidad y cantidad.
Como Antíoco tenía menos fuerzas, tuvo que alargar su izquierda usando sus tropas más ligeras.




El plan de Antíoco para comenzar la batalla era bastante brillante. La línea de elefantes de su derecha avanzó con decisión, mientras que él mismo con la caballería avanzaba en paralelo, esperando el momento adecuado para lanzarse al ataque.



Este momento se produjo cuando los elefantes indios seléucidas derrotaron claramente a los africanos ptolemaicos. Las tropas de acompañamiento también se infiltraron entre los elefantes desbordados y derrotaron a los peltastas egipcios.
Entonces Antíoco vio la oportunidad y desbordando el flanco de sus elefantes cargó contra la caballería egipcia que se debatía en un verdadero caos por la presión de la derrota de sus elefantes.



El flanco izquierdo egipcio se colapsó y huyó.
Entretanto en el otro lado del frente de batalla los elefantes seleúcidas avanzaron con timidez, pero no se produjo ningún otro movimiento en su apoyo. Los paquidermos egipcios no osaron enfrentarse a sus rivales, pero al menos mantuvieron la línea. Equécrates, mercenario griego al mando de la derecha egipcia, decidió no esperar a que sus elefantes se desbandaran y los aplastaran y ordenó a todas las unidades de la derecha avanzar alrededor de los elefantes en una maniobra maestra y caer en las inexplicablemente inmóviles líneas seléucidas.



Aparentemente el resto del ejército seléucida, sin órdenes, esperaba que su rey ganara la batalla por si sólo. El problema era que Antíoco también lo creía pues se lanzó en persecución de Ptolomeo ciegamente sin darse cuenta de que Ptolomeo había escapado a la derrota de su izquierda y encontrado refugio en el centro donde su gran falange permanecía incólume.

Todo lo contrario que la victoriosa derecha ptolemaica, que tras derrotar a su contraparte, no perdió el orden y se preparó para enfrentar la falange seléucida.




Las falanges se habían quedado solas en el centro, sin apoyo en las alas, avanzaron para el choque decisivo. Aquí la sorpresa fue que las bisoñas unidades egipcias aguantaron perfectamente el choque sin perder el orden.



La diferencia que inclinó el resultado de la batalla fue que Equécrates dominó su mando y fue capaz de seguir en la batalla para asegurar la victoria sobre la falange enemiga. Mientras tanto, el joven e inexperto Antíoco , cuando por fin hizo caso de sus oficiales y miró atrás, fue para ver que la batalla estaba perdida., su regreso tardío al campo sólo le permitió recoger los restos desorganizados de su ejército.
* * *
Ésta fue la gran batalla de Rafia que intentaremos simular el domingo que viene.
Evidentemente daré cuenta de ella con un amplio reportaje. Yo mismo tengo ganas de ver los ejércitos dispuestos para la batalla.
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6 comentarios:

Xavier Martí i Picó dijo...

Tiene muy buena pinta, esperaré la crónica de batalla con ansia...;OP

Hetairoi dijo...

Yo también espero el informe con ganas!

Rafía es una de mis batalla favoritas, y me encanta la descripción que hicieron en Satrapa1.

Erwin dijo...

Efectivamente, el artículo de Sátrapa ha sido muy inspirador a la hora de confeccionar el escenario

Elías Amorós dijo...

Tiene muy buena pinta, incluso creo que será mejor que la de las navas de tolosa!!! espero que salga bien y que ganen los de ptolomeo porque Antíoco III me cae mal, lo siento por los seléucidas, jejeje.

Anónimo dijo...

Excelente, como siempre.
Gracias y saludos.

Anónimo dijo...

Excelente, como siempre.
Gracias y saludos.