martes, 26 de marzo de 2013

Ricardo Corazón de León



Richard Lionheart

Richard Cœur de Lion

La magnífica miniatura de Legio Heroica es la primera de la serie de entradas que dedicaré a mi proyecto del ejército de la 3ª cruzada en la batalla de Arsouf.

El objetivo del proyecto es doble, por un lado el ejército DBMM del libro 4 / 17 Later Crusader en la versión de Ricardo, completado hasta más de 600 puntos. 
Y en seguno lugar, el diseño del escenario de la batalla de Arsouf para ser jugado en el DBMM GamesDay2013. 

No queda mucho que explicar del rey Ricardo, su historia ha sido contada por novelas, películas y los libros de historia.  Sin duda fue un personaje singular, un producto de la época que vivió pero que se elevó sobre todos para alcanzar el nivel de personaje mítico incluso antes de muerto.   

 Steven Runciman dejó escrito sobre Ricardo I:

 «Fue mal hijo, mal esposo y mal rey, pero un valiente y espléndido soldado.»

Otra descripción del mismo autor resume el conjunto de su condición de hombre y sobre todo de soldado. 

«Había serios defectos en el carácter de Ricardo. Físicamente era magnífico: alto, de piernas largas y fuertes, con cabellos de oro rojizo y facciones hermosas; su herencia materna eran no sólo el aspecto propio de la casa de Poitou, sino también sus encantadores modales, su valor y su afición a la poesía y al espíritu aventurero. Sus amigos y criados le seguían con devoción y temor. De sus progenitores heredó un temperamento cálido y un apasionado egoísmo. Pero no tenía ni la astucia política ni la competencia administrativa de su padre, ni el sentido cabal de la reina Leonor. Se había educado en un ambiente de disputas y traiciones familiares. Como favorito de su madre, odiaba a su padre y desconfiaba de sus hermanos y hermanas, aunque quería a su hermana más joven, Juana. Había aprendido a ser un partidario violento, pero no leal. Era avaricioso, aunque capaz de gestos generosos y aficionado a la vida pródiga. Su energía era inflexible, pero en su ferviente interés por la tarea del momento olvidaba otras responsabilidades. Le gustaba organizar, pero le fastidiaba la administración. Sólo el arte de la guerra podía retener su atención. Como soldado, poseía auténticas dotes, intuición para la estrategia y la táctica y el poder de mandar hombres.»















Las armas de Inglaterra de 1189-1198

martes, 19 de marzo de 2013

MORAT 1476 (La batalla)

Me quedaba pendiente finalizar el reportaje de la gran batalla-escenario del la jornada DBMM del año pasado.  Prometo no tardar tanto este año. 

A pesar del retraso, vale la pena esta entrada porque la batalla sin duda lo merecía. 

Además de poder tener un escenario impresionante, el desarrollo de la acción cumplió con todas las expectativas de interés, diversión y sorpresas. 

Dejamos en la entrada anterior todo dispuesto para la batalla. 

Vamos a narrarla lo más sencillamente posible.


Los suizos se lanzan adelante, saliendo de los bosques entre la bruma matinal. 

Las tropas de Carlos el Temerario se aprestan a la defensa tras sus trincheras de campaña

Generales al frente

el asalto suizo

las maniobras de los borgoñones y el choque.
En este segundo gráfico, están marcados con círculos blancos dos puntos en los que la batalla se decidiría.
Atentos al final de la entrada.



avance suizo visto desde las líneas borgoñonas


el duque de Lorena con sus caballeros pesados avanza para flanquear la posición  borgoñona

Las tropas de asedio salen de las trincheras para bloquear el avance suizo 

Choque inevitable

¿como detener esta columna?

Desde las torres de la ciudad asedia se contempla la batalla. A la derecha se ve cómo Carlos, sale de su campamento para acudir al combate 

¿llegará a tiempo de detener al duque de Lorena?

Combate en el centro de la línea

Más reservas borgoñonas de caballería acuden a intentar coger el flanco de las falanges siuzas

Carlos en formación de batalla hacia la muerte o la gloria

Los asediados de Morat organizan una salida

Carlos frente a Lorena... pero en la colina el duque ya está en combate contra una caballería ligera borgoñona que resiste el ataque. 
Carlos el Temerario

Efectivamente, el combate en la colina es general. Se ve el estandarte de Lorena en combate, mientras Carlos, (abajo) se acerca a la batalla

Los suizos rebasan las posiciones borgoñonas de forma inexorable

Delante de las murallas de Morat, otra batalla tiene lugar

El LH (a la izquierda) sigue aguantando


No sólo aguanta, sino que ¡hace retroceder al duque!

Es el monento de Carlos, que llega a la batalla ante la inoperancia de los caballeros de  Lorena.
El de Lorena está flanqueado, pero recordemos que combate contra una humilde caballeria ligera. 

Pero en el otro lado del campo de batalla los acontecimientos también se precipitan.
El general al mando de la fortaleza dirige personalmente la salida de murallas y oh! desgracia, allí están los cañones borgoñones. 

La vista desde el puesto del artillero es gloriosa.

De forma casi simultánea el duque de Lorena es descabalgado y muerto

¡El dado maldito!


Y algunas imágenes más de lo que fue una de las grandes batallas disputadas por el Magister Militum Ibericus DBMM de Barcelona







viernes, 8 de marzo de 2013

PUNTOS DE FRICCIÓN

¿hasta qué punto se puede tensionar una batalla? 
Cuando un ejército debe estirarse, hacer uso de todas sus fuerzas, implicar las reservas, asumir bajas y a pesar de todo persistir en su empeño de presionar a un enemigo inteligente que maniobra esperando su oportunidad de lanzar un duro contraataque, pronto aparecen los puntos vitales del campo de batalla donde la fricción de las voluntades opuestas de los rivales provocará el estallido final y el inevitable desenlace de la batalla, en un sentido u otro.  No hay término medio, no hay acción dilatoria posible, no puede haber empate, sólo victoria y derrota. 

Esta batalla DBMM240 que jugamos David con sus Teutones y yo al mando de mis Cruzados Tardíos, es un claro ejemplo de esta clase de batalla tensionada. 

Con ejércitos tan pequeños el campo de batalla se hace inabarcable, así que como jugaba en casa no dudé en librar la batalla a orillas del Mediterráneo y así poder tener el flanco izquierdo cubierto por el mar.  Un bosque a mi retaguardia derecha y un par de marismas en las respectivas retaguardias centrales finalizaban el diseño del campo de honor para tan esforzados caballeros. 





Primero desplegué mi cruzado.    La infantería apoyada en la playa y los dos mandos de caballeros escalonados hacia la derecha y la retaguardia. 

Los teutones aparecieron dispersos,  los hermanos caballeros ante mi infantería, la caballería en el centro y las tropas más ligeras en la extrema derecha. 

Yo movía primero, así que tenía la responsabilidad de tomar la iniciativa o esperar a ver que pasa.  No me lo pensé demasiado y me salió la vena agresiva. Si los germanos estaban dispersos,  mejor ir a cazarlos antes de esperar a ser cazado.  Lo cierto es que en mi posición inicial podría haberme quedado muy cómodamente, pues con los flancos cubiertos y superioridad numérica no tenía necesidad de salir a campo abierto, pero decía mi abuela, "para hacer tortilla hay que cascar los huevos".  

Siempre mejor los del contrario claro...




 Ohhhh,  los caballeros germanos volvieron grupas y salieron literalmente pitando.
"Maniobrando" en palabras de mi sabio y admirado rival.



No sólo eso,  el resto del ejército teutón se escoró rápidamente hacia mi derecha desapareciendo literalmente de mi frente, esquivando las rectas flechas de mi agresivo avance.



No me quedaba otra que seguir adelante. Enderecé la línea de mis infantes y ballesteros y pivoté rápidamente a mis caballeros y los hermanos hospitalarios. El maestre del Hospital se agrupó a los turcopoles para cubrir la extrema izquierda.  

La batalla antes de haber disparado una flecha ya estaba tensionada.  Mis líneas se estiraban persiguiendo a mi elusivo enemigo y de repente se dibujaron ante mi vista dos puntos, dos áreas de vital importancia para lo que habría de venir.  
Los puntos de fricción de la batalla.
La cabalgata de los LH enemigos probando de dislocar mi flanco era evidente.   No podía permitirme un despiste allí, pues sería rápidamente aprovechado por David que me golpearía sin misericordia. 

Por otra parte, el centro, vacío de enemigos, mostraba la última puerta por la que los mandos teutones mantenían sus comunicaciones.  Si lograba aislar al cuerpo de caballeros superiores la batalla estaría medio ganada. 



Evidentemente,  David no lo iba a permitir.  Y rápidamente empezó a maniobrar hacia el centro del  campo de batalla.  Como siempre, su uso de las pequeñas unidades, su dispersión aparente, escondía un plan para revolverse y contraatacar a cualquiera de mis unidades que se despistara.  




El avance de mi infantería era muy lento, escaso de pips y agotador.  

Y de repente, una simple maniobra de mi enemigo y era mi propio centro es que estaba amenazado...



En tanto que en el otro frente de batalla, la carrera hacia mi flanco seguía casi imparable.



Casi. 
Al ataque!   Y primera baja enemiga.   Su columna atacada de flanco se rompe y comienza la carnicería en el punto de fricción de la derecha. 

Sigo estirando mis líneas. El frente es enorme y mis fuerzas exiguas, cada unidad debe valer por dos para cubrir toda la línea. 



El movimiento de los teutones hacia el centro, me obliga a vascular la mitad de mi cuerpo central para intentar dominar el punto de fricción del centro. Mientras la otra mitad debe proteger su flanco de un posible intento desde la derecha.



Durante unos instantes he visto el brillo de la victoria, sobre todo porque David con su inefable carga propagandística, no hacía más que repetirme: - Vamos que ya lo tienes ganado.  Cargándome con toda la presión. 
Pero en la siguiente carga de mis tropas en la derecha, donde contaba con romper con ventaja la punta de lanza teutona resultó un fiasco, la suerte estaba en el fiel de la balanza.



Mis fuerzas se cierran sobre el punto de fricción central,  es vital asegurar el dominio de ese sector. 



El choque es inevitable.  



Las cosas por la derecha se torcían y el balance se inclinaba peligrosamente en mi contra. Me había quedado sin fuerzas ligeras ( mis dos unidades de turcopoles criaban malvas) y el maestre del Hospital quedaba completamente asilado para sostener el flanco y rodeado de los LH enemigos. 

Y no sólo eso, por fin las tropas de caballería germanas se decidían a volver a la batalla, una columna se lanzaba hacia el centro y un destacamento se quedaba par apoyar el flanco. Mi situación empeoraba por momentos. 

Se aproximaba la crisis de la batalla.  



Afortunadamente, el Maestre del Hospital salvó la primera de las situaciones comprometidas.



Contraofensiva teutona.   La masa de sus caballeros de élite se revuelve y carga ferozmente.
La columna de arqueros sirios rechaza el ataque enemigo que se vuelve a encarar para cargar de nuevo.
El primer choque en el punto central se ha saldado sin bajas, pero mi CinC queda flanqueado. 
Nueva situación de alto riesgo.



SALVADA!
y el subsiguiente combate, mi CinC, arrolla y destruye a su contrincante.


Entretanto, los acontecimientos en la derecha mejoran.  Dos unidades Lh enemigas han perecido y todos los combates   siguientes me han favorecido. 
La suerte que por un momento pareció volverme la espalda, definitivamente me ha sonreído.  
El mando teutón ya está desmotivado y próximo a la derrota. 



Nuevo momento de crisis.  Tras su carga victoriosa mi CinC ha dejado su retaguardia descubierta.  El enemigo no va a desaprovechar una ocasión de oro, tal vez es su última oportunidad. 

Pero la suerte me sigue sonriendo y mi general supera el combate y puede encararse.   Uuuuuuuuuff!!!



La carga de los caballeros teutones ha tenido relativo éxito y tres de mis unidades han desaparecido, pero el mando está lejos de estar tocado y la batalla continua. 



En la derecha mi victoria es total. 



De forma increíble, este combate en el que dos unidades de lanceros están flanqueadas vuelve a sonreírme. 



De aquí en adelante, el resto de combates son victorias de mis cruzados y bajas enemigas que se acumulan inexorablemente  hasta dar con la derrota completa del ejército teutón. 




La suerte de los combates  que había fluctuado entre los dos bandos se inclinó definitivamente de mi lado sin lugar a dudas, reconociendo que el factor azar me había librado de más de una situación más que comprometida.  

Ciertamente, los dos puntos de fricción señalados al inicio de la batalla habían atraído a las tropas como imanes y su posesión se había convertido en la clave de la victoria o la derrota.

Una hermosa victoria.