lunes, 3 de noviembre de 2008

DBMM

A alguno de los amigos lectores quizás le suene a chino esto del DBMM, así que incluiré sólo unas líneas introductorias con el fin de dar algo de luz a los profanos.

DBMM la abreviatura del latín “De Bellis Magistrorum Militum” o sea, “Sobre las guerras de los maestros de soldados”, es un juego de miniaturas para jugar a la guerra.

Propiamente dicho es un reglamento, pues todo lo demás necesario para jugar lo deben poner los jugadores. El reglamento permite simular batallas con ejércitos históricos desde la Edad del Bronce hasta el final de la Edad Media. Nada menos que 4.500 años de historia.

Para organizar los ejércitos se proporcionan unas listas que detallan casi 400 ejércitos históricos, agrupados en 4 libros según la época.

Libro I. La época de los carros. 3000 a.C. hasta 500 a.C.
Libro II. La época clásica. 500 a.C. hasta 476 d.C. (la caída Roma)
Libro III. La baja Edad Media. Hasta 1071 d.C.
Libro IV. La alta Edad Media. Hasta 1500 d.C.

Se puede jugar con ejércitos históricamente enfrentados, con ejércitos del mismo libro o bien librar batallas realmente “fantásticas” entre ejércitos separados por milenios. Pero el reglamento y el sistema de puntos de los ejércitos permite librarlas con unas condiciones mínimas de igualdad, el resto lo ponen los generales.

En las listas encontraremos tipos de tropas básicos, como caballeros pesados, caballería, caballería ligera, carros de batalla, piqueros, lanceros, espaderos, hostigadores, arqueros, ballesteros, honderos, hordas, guerreros, elefantes, artillería, naves de guerra, trenes de bagaje… y las posibles fortificaciones, elementos geográficos e incluso atmosféricos. Las listas de cada ejército pretenden que éste sea semejante al original, con unas tropas obligatorias y otras de libre elección, por ello aunque se juega habitualmente a 400 puntos, los jugadores suelen disponer de más puntos para tener algo de flexibilidad y confeccionar ejércitos pensando en el rival.

El reglamento determina el uso de las tropas, las clasifica históricamente y les asigna grados de potencia, resistencia y movimiento. Los movimientos se miden con reglas pues el campo de batallas es abierto, sin más marcas que la geografía generada de forma histórica y aleatoria a la vez.

El sistema de juego hace que el mando, el generalato, la planificación de la batalla y la realización de esos planes sean muy importantes. No lo es menos la voluntad de vencer, pues la moral de los jugadores tiene un valor tremendo. Aunque siempre queda un punto en el que el azar cuenta y eso no es menos histórico que la misma realidad.

Pero el DBMM además de jugar, determina todo un hobby. Como he comentado sólo proporciona un reglamento y las listas. El resto se debe construir y/o pintar. La mesa de juego, los elementos de escenografía y lo más importante, los soldados.

La escala típica es la de 15mm. Muchas marcas ofrecen tropas de casi todas las épocas. Y el esfuerzo definitivo suele ser pintar, pintar y seguir pintando. Algunos ejércitos necesitan de 500 figuritas, otros de bastantes menos pero no deja de ser una tarea ingente.

Hay jugadores que han optado por una solución más económica en todos los sentidos y muy digna, pues los resultados son sorprendentes. Los ejércitos de papel. Emulando a nuestros abuelos y padres que también jugaban con soldaditos recortables.

Finalmente, no se puede jugar sólo, así que probablemente lo más importante es que crea comunidad, compañerismo y amistad entre jugadores.









1 comentario:

David Cantó dijo...

Muy buena introducción, sí señor.