viernes, 20 de septiembre de 2013

Batalla de María 15 de junio de 1809

Hace un par de domingos, jugamos el escenario de la batalla de María, una de esas batallas desconocidas de la Guerra de Independencia, que tuvo cierta importancia en el transcurso de la campaña del segundo sitio de Zaragoza, pues tras María los asediados perdieron esperanza de ser socorridos. Además es perfecta para una partida rápida y emocionante. 

La historia de la batalla aquí 


Y el diseño de escenario y ORBAT para Age of Eagles aquí

Yo hacía el papel de Suchet y además dirigía la división Laval, en tanto que Josep y Xavi tenían en mando ejecutivo de las dos alas del ejército imperial.  

Carlos y Jordi comandaban colegiadamente el ejército español. 

La “cosa” de la batalla era si la división de Areizaga aparecería para apuntalar la fuerza española de Blake.    Históricamente se pasó el día tomando el sol 10Km a retaguardia. 
La discusión previa a la partida fue comprender por qué diablos Toni (el diseñador) no había incluido la posibilidad de que una brigada francesa que históricamente sí llegó al campo de batalla a las 16h  no estuviese en el ORBAT francés, mientras que sí lo estaba Areizaga al que nunca se le vio el pelo.   Cosas de jugar en casa, los “españoles” se hacían los suecos y los franceses discutíamos amargamente este flagrante penalti que nos colaba el árbitro y director de la contienda. 

En fin, el mando francés, Suchet (yo) resolvió liquidar la batalla por la vía rápida iniciando un ataque en el clásico orden oblicuo.     




La brigada de la derecha rehusando, la segunda en el pivote y las dos de la izquierda atacando a fondo y envolviendo el flanco español.   La reserva (caballería, artillería a caballo y un regimiento de infantería) avanzando por la carretera para envolver o bien para detener los posibles refuerzos españoles. 

La línea española se apoyaba en unas alturas y se escondía tras la cresta, por lo que no había tiempo ni espacio para preparaciones artilleras ni otras fruslerías,  había que llegar a la metralla y las bayonetas sin pestañear. 





El desarrollo fue casi perfecto.  La derecha cometió un pequeño error al no cumplir bien su misión de cubrir el pivote y se enzarzó en combate con la línea española. Siendo ambas fuerzas novatas,  los franceses fueron rechazados con bajas pero los españoles no pudieron ir más allá.




La división Laval acometió con ímpetu aunque las primeras fases del combate fueron inciertas y poco resolutivas. 

Por otra parte, Areizaga llegó,  (amargas quejas de los franceses y abucheo burlón de los españoles).   No hizo gran cosa, se plantó al fondo del campo de batalla y cañoneó inútilmente. 

La reserva francesa se detuvo y decidió no implicarse más que en cubrir el asalto de Laval. 

Y así fue, por fin la presión de los franceses dio  frutos y la batalla se aceleró hacia su final.   La brigada de polacos se lanzó adelante,  arrolló a la división española y arrastró a la reserva de campesinos que la apoyaba.  Fue cargada por los húsares españoles, pero lo polacos sobrevivieron y sólo se retiraron en orden. Los húsares se lanzaron con valor adelante e intentaron romper la segunda bridada de Laval, pero  fueron rechazados. 

La batalla llegó a su conclusión por dos factores: 
las pérdidas  españolas ya eran muy graves y...
 Suchet tenía que ir a casa a hacer la paella dominical. 

2 comentarios:

Ricardo dijo...

Aun sin paella, un buen día para los franceses...

El Senyor Verd dijo...

Ojalá todas las batallas terminaran en paella !!